20. Molino de Viento

Asentado sobre una necrópolis, al parecer romana, este molino de viento se construyó en el 1875 por D. Bartolomé Torralba Almagro, natural de Chinchilla. Se tiene constancia de otro molino en el municipio, ya desaparecido, construido en 1840 por D. Pedro Cusac.

 

En el molino se molía trigo, cebada y centeno y cobraban de maquila por cada fanega molida seis libras (según el libro Fuente-Álamo Ayer y Hoy de Ricardo Auñón Rodríguez). Con sus aspas al viento, molió durante varias décadas, hasta que dejó de utilizarse para tal fin, siendo hoy en día solo una construcción para contemplar y ser testigo de la historia.

 

Este tipo de molino de viento se compone de una base circular donde se levanta una estructura de piedra cilíndrica, que termina en otra estructura de madera donde se anclan las aspas que se cubrían con unas lonas cuando se ponían a funcionar. Las aspas había que colocarlas perpendiculares a la dirección del viento para captar la energía, esto se hacía mediante un largo madero, llamado gobierno, que se encontraba en el exterior del edificio. Las aspas transmitían la energía a una serie de engranajes que harían mover las ruedas de piedras que molerían el grano.

 

Estos gigantes del aire con sus velas al viento prestaban un gran servicio cuando se carecía de luz eléctrica y se utiliza la energía del viento para poder molturar el grano, y obtener harinas, alimento básico de nuestra alimentación mediterránea.

 

Hace más de un siglo que Fuente-Álamo tuviera su primer molino de viento, y aunque nuestro pueblo se encuentre en un enclave fronterizo, no niega su sangre de La Mancha, aunque geográficamente esté un tanto apartado.